25 de agosto de 2006

BILBAO Y ALREDEDORES... DA GUSTO VERLOS

El museo Guggenheim está de enhorabuena estos días. En él se muestra una espléndida exposición titulada ¡Rusia! –sirva como ejemplo este óleo de Natalia Goncharova- Desde el museo Ermitage y el del Kremlin, y hasta el del bocho, se han traído parte sus fondos pictóricos, de orfebrería y una colección de imaginería ortodoxa impresionante. Por cierto, hay también una sala con una colección de arte del “Realismo socialista” de la era comunista –sic- ... para que no me tachen de sectario.

Además, mi querido Bilbao está que da gusto verlo. La Gran Vía no tiene nada, pero nada que ver con la de hace unos años. Ir de paseito desde Plaza Moyua hasta la altura del teatro Arriaga es un auténtico placer. El pero, porque algún pero tenía que tener el asunto, es que le sucede como al centro de todas las ciudades. A saber; Zara, Zara home, Massimo Dutty, Pull&Bear, Mango, Cortefiel... bla, bla, bla. ¡Joder, con lo bien que quedaba aquella tiendecita con chapelas de Elosua!

Pero bueno, para evitar esas tiendas clónicas yo lo arreglo yéndome a Las Arenas. Está a dos pasos de Bilbao, y allí si que se está a solaz por el Paseo Marítimo. Coges desde el Puente Colgante, pin, pan, pin, pan, y en media horita –como mucho- te plantas en la Playa de Ereaga. Allí te sientas en la terrazita del hotel “Los tamarises” y a disfrutar de la brisa del norte. Si te peta, y después del descansito, arribas al Paseo de la Reina María Cristina, atraviesas Algorta, paseo del Ángel, curvita en Monte Oiz... y en otros quince minutos llegas hasta Aixerrota. El viejo molino allí situado se ha convertido en un restaurante magnífico. Y desde allí casí se puede ver Buckingham Palace.

Como las vacaciones estivales están llegando a su fin, animo a los indecisos a acercarse a Bilbao. Se come bien, la gente es encantadora. Cordial, abierta y campechana. Si se recorre la costa hacia el este hay villas marineras como Plencia, Arminza, Baquio, Bermeo o Lequeitio que están que da gusto verlas.

A todos mis amigos de Bilbao, Algorta, Las Arenas y Neguri, que son muchos y muy buenos, un abrazo. En cuanto pueda vuelvo por allí. Alguno dirá ¡Coño que va a decir este tío que ha vivido media vida allí!. Pues sí y tan a gusto, la verdad.

Finito de Aldeatejada. –A la sazón novillero-